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Departamento de Pastoral
La oración es el oxigeno del alma, nos ayuda a poder enriquecer nuestra relación con quien es nuestro Padre y Creador, y entablar ese diálogo como un hijo lo hace con su Padre.
Oración y vida cristiana son inseparables porque se trata del mismo amor y de la misma renuncia que procede del amor. La misma conformidad filial y amorosa al designio de amor del Padre. La misma unión transformante en el Espíritu Santo que nos conforma cada vez más con Cristo Jesús. El mismo amor a todos los hombres, ese amor con el cual Jesús nos ha amado. “Todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre os lo concederá. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros” (Jn 15, 16-17). (CIC 2745 )
Cuando oramos entablamos un diálogo con Jesús. Es por ello que cada mañana, comenzamos nuestra jornada con una oración. Depositamos en Él nuestra vida, nuestras preocupaciones y nuestros anhelos.
Hoy, «Holy Wednesday», hemos querido dedicar toda nuestra jornada a la oración. Que todo lo que realicemos esté centrado en poder santificarnos por medio de la oración hecha acción.
