Publicado por
Oscar Contreras Vásquez, Profesor de Historia
La arquitectura chilota nos llama a contemplarla y a guardarla en algún rincón del alma.
El aire marino arrastra el dulce olor de la lana que se hace gorro, chaleco y abrigo cálido para el largo invierno, estamos en Dalcahue, las dalcas antiguas han dado paso a enormes barcos de pesca que traen sustento a los chilotes que como antaño arrastran los frutos del mar a la tierra.
Aquí estamos en el comedor gigante que llaman mercado donde llueven milcaos, chapaleles, pulmais y otras tentadoras comidas de la zona.