Publicado por
Oscar Contreras Vásquez, Profesor de Historia y Geografía
Fuerte de San Antonio:
El viento nos condujo al Fuerte de San Antonio, que aún se alza sobre las alturas de Ancud. Sus muros de piedra, testigos del tiempo y del mar, guardan la huella de la defensa austral del territorio. Desde sus cañones dormidos, la mirada se pierde hacia el canal de Chacao, como si todavía aguardara la llegada de corsarios y expediciones que alguna vez acecharon estas aguas.
En este lugar solemne, los estudiantes caminaron sobre la historia misma: piedra sobre piedra, donde se entrelazan los ecos de soldados, pescadores y navegantes. El fuerte, silencioso y vigilante, parece recordarnos que la soberanía no solo se gana con armas, sino también con memoria.
Visitar ambos espacios fue comprender dos dimensiones de la identidad de Ancud: la del fuego combatido con valentía y la del mar defendido con firmeza. Dos memorias distintas, unidas en un mismo recorrido que los estudiantes guardaron en sus corazones como herencia viva de Chiloé.





