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Oscar Contreras Vásquez, Profesor de Historia y Geografía
Fábrica de Choritos:
El mar, que desde siempre ha sido el gran proveedor de vida en Chiloé, se reinventa en manos de la mitilicultura. Lo que ayer fueron oficios rudos de extracción artesanal, hoy se transforma en un proceso moderno que combina tradición y tecnología.
Nuestra visita a la empresa Intemit nos permitió mirar de cerca este mundo. Desde el cultivo de los choritos que crecen aferrados a las aguas frías del archipiélago, hasta la prolija faena en la planta, donde se preparan para llegar a destinos lejanos, todo habla de disciplina, cuidado y respeto por el entorno marino. Descubrimos que detrás de cada producto elaborado hay una historia de trabajo colectivo, de familias que encuentran sustento y dignidad en esta labor. La mitilicultura no es solo industria: es identidad, es comunidad, es la manera en que Chiloé comparte con el mundo la riqueza silenciosa de sus mares.






